Agencias – Al son de alegres melodías tradicionales como «Flores hermosas, luna llena» y «La danza de la serpiente dorada», habituales en las fiestas del año nuevo lunar, los casi 3.000 diputados de la Asamblea Nacional china han votado este domingo la reforma de la Constitución que elimina su límite de dos mandatos presidenciales, lo que perpetúa en el poder al actual, Xi Jinping.

Haciendo gala una vez más de la rapidez china, los diputados depositaron sus sobres en las urnas en unos 20 minutos y el escrutinio se conoció en apenas un cuarto de hora. Aunque esperado, el resultado sorprendió por la contundencia de la «democracia con características chinas»: 2.958 votos a favor, dos en contra y tres abstenciones.

De esta manera, el presidente Xi Jinping puede seguir en el cargo después de 2023, cuando termina su segundo mandato y debería retirarse. Pero su ansia de poder le ha llevado a cambiar el liderazgo colectivo que venía caracterizando al autoritario régimen chino desde la muerte de Mao Zedong en 1976. Precisamente para evitar que se repitieran los desmanes personalistas de su época que causaron decenas de millones de muertos, como el «Gran Salto Adelante» (1958-62) y la «Revolución Cultural» (1966-76), la Constitución de 1982 impuso ese tope de dos mandatos presidenciales que la Asamblea acaba de abolir.

Tras cuatro décadas de apertura al capitalismo que han traído un extraordinario crecimiento económico, este cambio histórico vuelve a convertir a China en una dictadura personalista en pleno siglo XXI bajo el mandato de Xi Jinping.

«Esta reforma va en beneficio de la seguridad y la estabilidad del país», explicó tras la votación el responsable de la Comisión de Asuntos Legislativos del Comité Permanente, Shen Chunyao, quien aseguró que el objetivo era “adaptarnos a los nuevos tiempos, a una nueva realidad”. En una rueda de prensa multitudinaria ante medios nacionales y extranjeros emitida por la televisión estatal con dos minutos de retraso, rechazó las críticas vertidas desde Occidente contra esta reforma que, en lugar de abrir políticamente China, la cierra aún más.