Redacción- El juego entre Liberia y Cartaginés estaba a punto de iniciar, entre los tres palos de una de las porterías del estadio Edgardo Baltodano, estaba un joven guardameta cumpliendo uno de sus sueños, jugar en Primera División.

Bajo el vertical, Randall Aguinaga, un portero oriundo de Pital de San Carlos, aguardaba con nervios sus primeros 90 minutos sobre el terreno de juego; sin embargo, fueron contrarrestados por la tranquilidad que le da saber que su hija le acompaña  desde el cielo.

«Sé que desde el cielo mi hija siempre me acompaña», dijo el guardameta del conjunto liberiano a la página oficial del club tras el empate a un gol ante los brumosos.

Aguinaga reconoció sentirse nervioso en el inicio, pero sabía que su entrenador, Erick Rodríguez, tenía confianza plena en él.

«El profesor desde el martes me dijo que disfrutara y que hiciera lo que yo sabía», dijo el sancarleño.

Su debut en la máxima categoría se dio por la lesión de Douglas Forvis, quien sufrió días atrás un desgarro, pero lo hizo de buena manera.

Con información de Municipal Liberia…