Redacción – Un día como hoy pero en el 2016, el país vivió una nueva tragedia en carretera luego de que un autobús turístico que llevaba a 31 exfuncionarios de la Universidad Nacional se accidentara en el sector de Cinchona en un suceso que acabó con la vida de 15 personas.

La emergencia se dio luego de que un bus cayera en un guindo de al menos 20 metros provocando que los 31 pasajeros del automotor quedaran prensados.

Nueve de ellos murieron en el lugar y otros seis en centros médicos.

Las víctimas eran adulto mayores jubilados de la Universidad Nacional que iban a dejar víveres a una de las zonas afectadas por las inundaciones de estos días, específicamente a la zona indígena maleku.

La vida después de la muerte

Doña Leda Ramírez, sobreviviente del aparatoso incidente le contó a la Universidad Nacional la que fue su experiencia y aseguró que pese a este suceso la vida continúa.

«Una compañera me dijo nos vamos a estrellar, yo iba de segunda, entonces yo le dije, ¿qué? Pero ya yo vi el paredón y me di cuenta de que era cierto, además de que yo venía sintiendo ciertos ruidos en el bus, entonces yo nada más le calvé los ojos y le dije preparémonos, nada más, y yo me puse en posición fetal y en lo que yo iba bajando me entregué a Dios», señaló Ramírez.

Lo peor estaba por venir, cuando vino la caída del automotor.

«Pero yo me entregué desde dentro, he intentado volver y no lo puedo hacer, me entregué y le dije sácame de aquí. Todavía no se porqué me sacó porque era de que yo hubiera muerto. Yo vi muchas cosas feas, dentro del bus, entonces yo sabía que no era algo bonito lo que había sucedido y después de tocarme y ver que los pies, los dedos de los pies las rodillas, las manos, todo lo tenía bien excepto que no me podía parar, entonces bajo el grado de conciencia que yo tenía sabía que yo no me iba a morir», dijo.

Tras ver morir en un segundo a 15 de sus amigos y luego rehacer su vida, no es tarea fácil, pero doña Leda Ramírez, ex funcionaria de la UNA se aferró a la vida y le puso el pecho a las balas para salir adelante.

«Yo voy a ser fuerte, yo voy a caminar, peleándole a la vida que me había quitado tantos compañeros», expresa Ramírez entre sollozos.

Error humano

Cuatro meses después del fatal accidente, el pasado 15 de febrero concluyeron las investigaciones en torno al caso, confirmando que se habría tratado de un error humano el que ocasionó el incidente.

Las autoridades catalogaron las acciones como negligencia, tras amplias investigaciones de la Fiscalía y el OIJ.

El vasto informe indica que se logró comprobar que el conductor del bus, de apellidos Mora Vargas, y quien también falleció en el accidente, tuvo problemas para meter las marchas y usar los frenos; pero aun así decidió continuar con el viaje.

“En síntesis, dicho informe revela que el accidente se presentó porque presuntamente al chofer le estaba costando meter las marchas y, por el tipo de terreno que transitaba, le era necesario utilizar mucho el freno de pedal, ya que el freno de motor no le estaba siendo posible. Aun así, el conductor continuó el trayecto, llegando a un punto donde le fue imposible ingresar las marchas y, al encontrarse en una pendiente pronunciada, la velocidad incrementó considerablemente y ya los frenos no le respondieron”, indica la Fiscalía en el informe.

Al percatarse de que las marchas y los frenos no funcionaban, Mora Vargas intentó dirigir al autobús contra un paredón de manera que el golpe redujera la velocidad del autobús; sin embargo, la maniobra no resultó como él esperaba.

Luego de recrear la escena, y con base en la información aportada por la Policía Judicial, el Ministerio Público descartó que el accidente haya sido provocado por un error mecánico.

“Según lo que indica el informe, ante esa dinámica, a la que se suma que la carretera tiene la señalización debida, se está frente a una negligencia del conductor”, añade el ente fiscal en el correo facilitado.

Por otro lado, el Ministerio Público informó que ya se solicitó un sobreseimiento definitivo de la causa, para que se dé por cerrada la investigación, pues la persona responsable de los hechos falleció.

De esta manera, las autoridades lograron aclarar el suceso ocurrido el pasado 20 de octubre del 2016 y que acabó con la vida a 15 adultos pensionados que viajaban con rumbo a la Zona Norte, para llevar ayudas a un poblado indígena de Guatuso.

Fue de esta manera que una nueva lágrima azotó al pequeño pueblo de Cinchona, en la que un error humano apagó la vida de estas 15 personas que dedicaban su vida a ayudar.