Redacción – El secreto de la longevidad se basa principalmente en la discreción al elegir la comida y la bebida, en la moderación, la sensatez, la contención y una visión optimista de la vida.

Algunos alimentos le podrán devolverle la salud y el contento, es importante que se mantengan informados y experimenten con los alimentos y nuevas recetas.

Cocina más: su cuerpo, su mente y su bolsillo se lo agradecerá, elabora recetas rápidas y sencillas que le devuelvan la alegría y el contento.

Un plato ligero y nutritivo le proporcionará el gozo (rasa en sánscrito) de una obra de arte, que perdura más allá de finalizar la comida, con la digestión. Un plato pesado, mal cocinado, sobrecargado de ingredientes le dará la satisfacción inmediata compulsiva, que muchos experimentamos ante la comida basura, pero que un poco más tarde, cuando su sistema digestivo tenga que digerir eso, hará su vida miserable.

Haga cambios paulatinos: Introduce un par de platos vegetarianos a la semana.

Saca de su despensa la comida enlatada y preparada.

Planifica mínimamente el menú: para cinco días de lunes a viernes y el sábado y domingo déjalos de libre disposición.

Incluye verduras en todas sus comidas y asegúrese comer algún vegetal verde todos los días.

Consume al menos dos piezas de fruta diaria, son ideales como tentempié.

Elabora cenas ligeras: una sopa, una pieza de fruta, o una ensalada.

Dale tiempo a su cuerpo y mente para experimentar los beneficios, puede practicar yoga esto le ayudará en el cambio.

Su cuerpo necesita solo nutrientes,y el número de estos que el ser humano puede utiliza es limitado, solo existen unas pocas sustancias en comparación con la gran cantidad de compuestos existentes, que sirven como combustible o para incorporar a nuestras propias estructuras.

Los nutrientes no se ingieren directamente, sino que forman parte de los alimentos. Las múltiples combinaciones en que la naturaleza ofrece los diferentes nutrientes es en una amplia variedad de alimentos que podemos consumir.

Los hidratos de carbono tienen una función energética, esto es el combustible que su cuerpo y mente necesitan para desarrollar sus actividades. Tanto las relacionadas con el mundo exterior como las actividades internas que el cuerpo y mente realizan a diario.

Alimentos ricos en hidratos de carbono:

  • Cereales: arroz, quinoa, mijo, avena, centeno, trigo sarraceno, cebada, maíz y trigo.
  • Tubérculos: Papas, zanahoria, remolacha y yuca.
  • Legumbres: Dhal, lentejas, judías, garbanzos, habas.

Las grasas son fundamentales para el metabolismo celular, su función principal es también energética. También son reguladoras, imprescindibles para la asimilación de las vitaminas liposolubles.

Los puedes encontrar en primer lugar en el aceite de oliva virgen extra y en los aceites de semillas: sésamo, girasol, lino y en la grasas procedentes de los frutos secos y semillas como las almendras, los anacardos y el tahín (mantequilla de sésamo). También existen grasas procedentes de vegetales: como el aguacate, los garbanzos, el cacahuete,  las aceitunas.

Las proteínas tienen la función de construir y regenerar el deterioro celular. Se les llama también nutrientes plásticos y son imprescindibles pero en cantidades más pequeñas que los hidratos de carbono. Se encuentran principalmente en:

1.Lentejas, dhal, garbanzos, cacahuetes, judías y frijoles, soja y sus derivados: tofu, miso, tempeh.

2.Frutos secos. Avellanas, almendras, nueces, piñones, anacardos, pistachos, coco. Atención que contienen mucha grasa.

3.Pipas de calabaza, pipas de girasol, semillas de sésamo, semillas de linaza.

4.Las vitaminas y los minerales. También llamados micronutrientes porque se necesitan en pequeñas cantidades y así es como se presentan en los alimentos. Su función es facilitar y controlar las funciones bioquímicas que tienen lugar en el interior de los seres vivos, son los alimentos reguladores.

Además, son abundantes en la verdura y la fruta fresca, sobre todo de la temporada y en los alimentos integrales sin refinar.