Redacción – ¿Cansada de pasar horas maquillándose para que no le dure a lo largo de la noche? ¿Cuándo termina de maquillarse no ve el acabado que desea? ¡Llegó la respuesta a sus preguntas!

Para que un maquillaje, cualquiera que elija, sea prolijo, tenga un lindo efecto visual y dure no puede pasar por alto un paso súper importante: la preparación de la piel antes del maquillaje. Es la primera etapa y la idea es dejar la piel impecable para que el maquillaje luzca fresco y natural.

Primer paso: Retirar el maquillaje

El primer paso y muy importante, es retirar cualquier tipo de resto de maquillaje que pueda haber quedado; siempre suelen quedar restos de máscara de pestañas y delineador. Para esto utilizaremos un producto para los ojos y otro diferente para el resto del rostro.

Para los ojos utilizaremos un producto que tenga consistencia de crema liviana, no debe ser ni grasoso ni pesado, ya que la piel de esa zona es muy fina y delicada. Se utilizan hisopos y se va retirando suavemente, aunque en el caso de haber sombras muy pesadas se puede utilizar un trozo de algodón.

En cuanto a lo que queda del rostro, procuraremos usar una crema que sea leche de limpieza y esta la utilizaremos con algodón, retirando de la mitad del rostro para afuera, suavemente y con paciencia hasta que el algodón salga lo más limpio posible.

Estos productos eliminarán cualquier resto de maquillaje.

En el paso siguiente veremos cómo eliminar el aceite propio que tiene la piel y que dificulta tanto que la base y el maquillaje duren sin ese efecto brilloso que tanto nos molesta.

Segundo paso: Tonificar la piel

Existen dos tipos de productos cuando hablamos de tonificar: loción astringente y loción tonificante.

La loción astringente se utiliza en pieles normales, grasas y seborreicas. Es bastante fuerte y tiene un alto contenido de alcohol.

En cambio, la loción tonificante se utiliza en pieles sensibles, secas y eudérmicas, ya que es mucho más suave gracias a su composición a base de tilo y manzanilla. En el caso de no consigas de estos productos puedes fabricártelos tú misma.

Ambas se colocan de la misma manera con movimientos del centro hacia afuera, con un trozo de algodón por todo el rostro, evitando pasar por la zona de los ojos.

En este punto la piel debe quedar 100% limpia, y sin rastro alguno de aceite o restos de maquillaje. El algodón debe salir limpio, por eso lo pasaremos las veces que sea necesario.

Tercer paso: Hidratación de la piel

Cuando la piel nos queda limpia luego de los pasos anteriores, lo más probable es que también nos quede un poco irritada y deshidratada. Dependiendo del tipo de piel, pueden quedar zonas coloradas o zonas un poco descamadas. Por eso no por ser el último paso es menos importante; por el contrario, es el más importante.

La hidratación de la piel es la que va a determinar el trabajo final, de qué forma se va a adherir la base y cómo lucirá la piel al terminar el maquillaje.

Las lociones hidratantes suelen estar compuestas por colágeno, elastina y agua y es apto para todo tipo de piel. Se coloca con masajes y los movimientos siempre son del centro hacia afuera, procurando «levantar» el rostro.

Hay que tener en cuenta que este producto hay que colocarlo las veces que sea necesaria y la cantidad que requiera cada rostro. La piel estará lista cuando notamos que tiene un aspecto turgente e hidratado y al tacto es pegajosa.

Siguiendo estos pasos y, sin saltar ninguno, logrará una piel perfecta y lista para usar el maquillaje que quiera. ¡Anímese, cuide su piel y muéstrese fantástica!!