Redacción –  Costa Rica tiene grandes fortalezas ambientales que son parte de su imagen y su evolución histórica, y que la han llevado a posicionarse en el mundo como una nación responsable e innovadora en materia ecológica.

No obstante, estudios recientes han detectado amenazas y situaciones particulares que llaman la atención sobre importantes vulnerabilidades del sistema de protección, y en sobre algunos ecosistemas.

Un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) señaló que las reservas de la cordillera de Talamanca, La Amistad y el Parque Nacional La Amistad, consideradas una sola unidad entre Costa Rica y Panamá, se encuentran en riesgo ante actividades dañinas como la minería (que Costa Rica prohibió por ley en 2010, para algunas modalidades), el desarrollo de represas hidroeléctricas y el uso insostenible del recurso hídrico.

Otra amenaza que compromete la integridad de los ecosistemas son los incendios forestales. En los últimos diecisiete años el área arrasada por estos eventos dentro de Áreas Silvestres Protegidas (ASP) ha estado en un rango de entre 857 y 9.541 hectáreas, con su punto máximo en 2001. Como promedio anual, entre 1998 y 2015 se quemaron 4.256 hectáreas en ASP. En 2015 el territorio afectado fue de 4.534.

En cuanto a la biodiversidad, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) registró que, de 3.812 especies amenazadas a nivel global que están presentes en Costa Rica, un 8,6% se ubica en las categorías en peligro crítico, en peligro o vulnerable. Entre 2011 y 2015 se incrementó en 12% el número de especies registradas en la “Lista Roja” de esa organización. El 40,5% son plantas, 18,7% anfibios y 17,5% peces.

Además, la UICN reportó 73 especies endémicas en el país, de las cuales el 54,8% se encuentra amenazado. Los anfibios son el grupo taxonómico con mayor cantidad de especies en esa condición (62,5% del total).

Según la “Lista Roja”, los grupos menos afectados son los mamíferos y los cangrejos de agua dulce. Asimismo, en Costa Rica 1.118 especies figuran en alguno de los apéndices de la “Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres”; el 68,1% son plantas.

Con el propósito de enfrentar las presiones sobre ecosistemas específicos, se encuentran en marcha diversas iniciativas estatales y privadas. Así por ejemplo, en 2015 el  Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) comenzó a ejecutar el proyecto “Conservación, uso sostenible de la biodiversidad y mantenimiento de los servicios de los ecosistemas de humedales protegidos de importancia internacional”.