Por Johnny Saborío

Gerente general Coopecaja


“No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”, dijo Mary Wollstonecraft, escritora inglesa adelantada a su época y promotora de mejores condiciones para las mujeres.   Esta idea, se sustenta en los principios de igualdad, democracia, empoderamiento y participación real de las mujeres en la toma de decisiones, con prácticas que contribuyan no solamente al colectivo, sino, a su propia vida y satisfacción. Sin duda, una de las grandes plataformas de ascenso social femenino ha sido el Cooperativismo.

Hace 42 años, las Naciones Unidas celebraron el primer Día Internacional de la Mujer. Con la definición del 8 de marzo como fecha emblemática, tras las manifestaciones en Europa. Sin embargo, la participación de las mujeres en el Movimiento Cooperativo, se remonta más allá de 1900, por lo que puede considerarse al Cooperativismo, como promotor de las organizaciones de mujeres.

Las luchas por una verdadera representatividad y acceso de ellas al poder, invitan a la superación del modelo capitalista como única forma de producción y negociación; así como al debilitamiento de las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres.  Este último, es un reto que el Cooperativismo ha logrado enfrentar paulatinamente, dado que la participación de las mujeres en las cooperativas, continúa siendo menor que la de los hombres, también, porque tales entidades se encuentran dirigidas y gestionadas mayoritariamente por hombres.

Sin embargo, el panorama es esperanzador, y sin duda alguna, tomará fuerza cada vez que realicemos este tipo de reflexiones en pro de acuerdos y leyes que promuevan la paridad de género.

Las agrupaciones de mujeres han ido exigiendo mayor presencia en las estructuras cooperativas internacionales. A mediados de los  50 por ejemplo, se incrementó la presencia de ellas en las estructuras internas de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI). Hoy, la ACI cuenta con un Comité Global Femenino. Al mismo tiempo, 4 mujeres en representación de las 4 regiones del mundo, forman parte de la presidencia del organismo internacional. En el año 2009, la presidencia de la ACI fue ocupada por una mujer por primera vez tras 120 años de su fundación y actualmente, el cargo es ocupado por la canadiense Monique Leroux.

En Costa Rica, según el último Censo Cooperativo, el 42,7 % de las personas asociadas a las cooperativas son mujeres, en cuanto a puestos de decisión en estas organizaciones, un 30% de estos son ocupados por mujeres. Nuestra cooperativa, Coopecaja, cuenta con un 52 % de colaboradoras y un 40 % de los puestos de jefatura son desarrollados por mujeres.

En este aspecto las cooperativas poseen una ventaja, dada su permeabilidad a los cambios sociales y a la búsqueda constante de mejores condiciones para sus miembros. De esta forma, puede decirse que las cooperativas y las mujeres se han ayudado mutuamente.

Las cooperativas han creado oportunidades de empleo, lo que ha permitido a muchas de ellas  ser propietarias y líderes, desde nuestra visión de una economía más social, más solidaria.  El modelo cooperativo, les ha permitido la conciliación de la vida laboral y familiar y finalmente, ha sido plataforma para que ellas  se vinculen a puestos de mayor responsabilidad.

El trabajo, sin embargo, es todavía mucho. El fomento de las paridades de género y el reconocimiento de los aportes concretos de las mujeres, es una tarea pendiente de toda la sociedad.