Redacción – Descansar junto al mar, la arena y no soltar el celular suele ser una imagen repetida en los últimos veranos.

El celular nos acompaña en todo momento y se utiliza para todo, incluso en las vacaciones: desde fotografiar el día único que se vive, como hasta para ubicar algún sitio donde almorzar cerca o averiguar cuánto dinero queda en la cuenta corriente.

Ante el calor es posible entrar al mar o simplemente beber algo frío para combatir el extenuante efecto del sol. Como hacer eso mismo con el celular sería una locura, es necesario evitar que las altas temperaturas lo afecten.

¿Cómo es posible? Ubique su teléfono en un lugar con sombra, debe tratar de tenerlo en un lugar fresco. Si lo lleva a la playa, no deje que esté expuesto directamente al sol. La sombrilla es la clave o bien manténgalo guardado en un bolso ubicado a la sombra.

Evite tocar un móvil hasta estar completamente seco o podría estropear su pantalla y sus circuitos.

Pero el enemigo mayor no es nada más ni nada menos que la arena.  Puede rayar la pantalla o bien introducirse en alguna  ranura del celular y terminar dentro del equipo, complicando el funcionamiento.