Redacción – El cambio climático, las matanzas por cacería furtiva o contrabando, piratería y hasta epidemias y deforestación son los principales motivos de la desaparición de al menos ocho especies animales. La mano del hombre siempre estuvo detrás de esas extinciones y nada pudo hacer para frenarlo.

Tortuga gigante de Pinta: En 2012, el mundo enlutó cuando supo de la muerte de uno de los ejemplares más cuidados del planeta.

Rana arbórea: Tougghie murió en septiembre pasado. Tenía 12 años. Se cree que fue la última de su especie. Una rana arbórea de patas rayadas de Rabb.

Rinoceronte vietnamita: Subespecie de los rinocerontes de Java se los cazó hasta que se extinguieron. La última de la especie, una hembra, murió en la jungla vietnamita en 2009. Su esqueleto fue hallado un año después.

Melomy Rubicola: Originario de Bramble Cay, este roedor fue descubierto en los años 80 y su población fue calculada en cientos. Sin embargo, el cambio climático permitió que las aguas aumentaran en el cayo australiano provocando su absoluta desaparición.

Rinoceronte Negro de África Occidental: Fue la subespecie más rara del rinoceronte negro. En 2011 fue declarada extinta. Su población disminuyó significativamente por culpa de la caza furtiva a principios del siglo XIX.

Kokako de la Isla Sur: Alguna vez muy extendida en el sur de Nueva Zelanda, esta ave se extinguió por la deforestación que impactó en el medio ambiente de la isla.

Pececillo de barada: Este pez habitaba las cristalinas aguas de la costa siria. Pero en la última década la urbanización de la costa significó una amenaza para la rara especie. Pero hacia 2008, el agua drenada llevó a que el 90 por ciento de su población pereciera.

Fotos: Reuters.