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San José – A pesar de portar el cargo de la primera magistratura del país, no esconde el sentimiento y dolor humano que le embarga el haber enfrentado los embates del fenómeno climático más fuerte que ha golpeado a Costa Rica.

El presidente Luis Guillermo Solís, concedió una entrevista en exclusiva a AMPrensa.com, en la que narró la experiencia vivida por el huracán Otto, período que calificó como el peor de su administración.

Entre sollozos, el mandatario contó lo difícil que fue ver el dolor y la tristeza de familias que perdieron todo, incluyendo familiares, en su visita a Upala y Bagaces, las zonas más impactadas por Otto.

Destacó la solidaridad, valentía y unidad de los costarricenses, quienes dejaron las críticas hacia el presidente de lado, para darle un empujón como el capitán del barco.

1. ¿Cómo vivió la emergencia provocada por el huracán Otto?

«Muy intensamente, con estremecimiento, en algunos momentos con temor, ello era natural porque las dimensiones que hicimos en su momento comparaciones del huracán que venía sobre el país, lo incluía entero, en alguno de los escenarios el huracán golpeaba a toda Costa Rica, si hubiera sido sobre Limón, por ejemplo, el efecto era tan grande que habría llenado a Costa Rica de agua y viento, era una cosa realmente muy grande, entonces, con mucho estremecimiento».

2. ¿Ha sido lo más difícil que ha afrontado en la administración desde el 2014?

«Sí, sin duda, porque las consecuencias que pudo haber tenido sobre el país pudieron ser funestas. Yo todavía le doy gracias a Dios porque el huracán no tuvo un grado mayor, si este hubiera sido grado 3 o 4 o incluso 5, que vi los efectos en Haití en algún momento en el huracán del 2011, habría sido una historia completamente distinta. El desafío de gestionar la emergencia, especialmente la movilización de personas, además todo el esfuerzo para darles de comer y de beber en momentos de muchas crisis 48 horas después del huracán, sin duda, ha sido un desafío como no he tenido en otros momentos de mi mandato».

3. Cuando se entera de lo que estaba sucediendo en Upala el jueves por la noche. ¿Cuál fue su sentimiento?

«Hubo mucha tristeza al inicio de la noche, cuando cerca de las 10 se empezaron a reportar los primeros fallecidos. Las posibilidades de que hubieran decenas más me mantuvieron en un momento de gran incertidumbre hasta que amaneció».

4. De las 72 horas de la emergencia por el huracán, ¿Durmió? ¿Cuánto tiempo?

«El jueves por la noche fue  una noche larga, una noche triste y una noche en donde no pude dormir».

5. ¿Cómo fue el momento en el que vio en Upala dolor, tristeza, a personas que lo perdieron todo y que usted tuvo que guardarse esa conmoción y darle apoyo a esas personas afectadas?

«Es un sentimiento muy sobrecogedor. Cuando uno ve una familia que lo ha perdido todo, incluido otros miembros como nos pasó en Guayabo de Bagaces. Cuando uno camina por una casa destruida, encuentra los juguetes de uno de los niños muertos, cuando uno ve metido entre el barro una carta de una niña que decía «te quiero mamá», es muy duro (silencio) … Es muy duro y va a seguir siendo muy duro (silencio) pero ahí se magnifica, quizá, lo que uno rescata de esta experiencia tan terrible para el país, que es que pudieron haber sido muchos más y no lo fueron, gracias al esfuerzo de mucha gente».

 

Luis Guillermo Solís

6. ¿Cómo tomar decisiones tan complejas en medio de una emergencia como ésta, incluso cuando se trata de un campo en el que usted no tiene especialidad?

«Yo quiero decir que las decisiones no las tomé solo. En el COE se reúnen 30 o 40 especialistas, no solo representantes de instituciones, 25 instituciones que están perfectamente capacitadas, sino también expertos de la CNE que han pasado por esto en muchas veces como la Cruz Roja, Bomberos, que están compuestos por un equipo extraordinario de personas que conocen la logística y que permiten sin duda ninguna que los daños se limiten mucho.

Yo no tengo palabras para agradecer la presencia de las instituciones que atienden los primeros impactos, la primera respuesta y que generalmente, presentan en el terreno la mayor capacidad. Si no hubo muchos más muertos, en gran medida se debe a ese gran conocimiento acumulado. Mi rol fue ser la cabeza, el liderazgo visible de todo ese esfuerzo, pero con toda humildad yo tengo que reconocer que fue gracias a ese conjunto enorme de instituciones».

7. ¿Qué destaca del tico en medio de esta emergencia, dejando de lado las críticas hacia al presidente y más bien mostrándole apoyo?

«Su solidaridad por una parte con sus hermanos en necesidad. En segundo lugar, su valentía porque he recorrido todas las zonas afectadas por el huracán y una y otra vez es lo que veo comunidades echadas para adelante, a personas que no están sentadas en el caño llorando, a personas que piden una herramienta para limpiar su casa, un poquito de financiamiento para levantar su empresa, ánimo de la comunidad nacional para levantarse.

Hay un caso que es muy ilustrativo de un dueño de un centro de recreo que criaba tilapias a la salida de Bijagua. Ese señor ni siquiera habla de la emergencia, ni del desastre, ni del huracán, él dice ‘lo que nos pasó’. Él no solamente no reconoce el evento, sino que solo positivo habla. «Aquí no ha pasado nada, vamos para adelante, esto es una oportunidad», es una actitud muy hermosa.

Y después en tercer lugar, un gran sentido de unidad nacional. Hemos sido capaces de discernir entre lo pequeño y lo grande, entre lo inmediato y lo trascendente y para mí eso es muy importante porque demuestra que somos un país en el que la educación y visión superior de una Patria que tiene ser generosa ha prevalecido sobre las pequeñas mezquindades».