Redacción-La isla de Margarita, principal destino turístico de Venezuela, es famosa internacionalmente por sus maravillosas playas, bellos paisajes naturales e intensa actividad comercial. Sin embargo, ahora es noticia a escala global por sus cacerolas.

Aunque la llamada “perla del Caribe” se distingue por recibir con los brazos abiertos a los visitantes que provienen de distintas partes del mundo, la noche del viernes 2 de septiembre ocurrió un hecho insólito que dejó en evidencia que no todos los forasteros son bienvenidos. Residentes de Villa Rosa, un barrio humilde y hasta ahora anónimo del estado Nueva Esparta, propinaron un sonoro cacerolazo al mismísimo presidente de la República, Nicolás Maduro, cuando recorría el sector históricamente de mayoría chavista.

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Un video que recogía el incidente se regó como la pólvora por las redes sociales. La prensa local ha intentado reconstruir el episodio, valiéndose del relato de algunos testigos que prefieren resguardar su identidad por temor a represalias.

“Al principio solo querían que se fuera. Furioso por el cacerolazo, él mismo (Maduro) rompió el cordón de seguridad y se enfrentó con la gente. A algunos les arrancó las cacerolas”, describió un vecino al diario El Nacional de Caracas. “Su error fue creer que la gente lo aplaudía. Se confundió y por eso se bajó del carro (…) Él (Maduro) decidió bajar y le comenzaron a tirar piedras y a decirle groserías. Él tuvo que salir corriendo, él no se esperaba esto”, confió otro habitante de Villa Rosa al periódico caraqueño.

El abogado Henry Haspe, miembro de la ONG Nueva Esparta en Movimiento, cuenta a Univision Noticias que según las versiones que ha podido recabar, el gobernador de Nueva Esparta, Carlos Mata Figueroa, “le arrebató violentamente una cacerola a una señora” y su colega de Aragua, Tareck El Aissami, “trató de sacar un arma para intimidar a la gente”.

“Maduro cometió el error de romper su anillo de seguridad. Su caravana jamás fue atacada, simplemente la comunidad ejerció su derecho a la protesta y luego se dio este suceso vergonzoso, con el Presidente increpando y quitándole una olla a una señora que le reclamaba”, prosigue el defensor de Derechos Humanos.#AMPrensa