- Canciller afirma que no se planeó desaire con el ALBA
San José – El gobierno de Costa Rica sí planeó el desplante al presidente de Brasil, Michel Temer, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, según confirmó el canciller Manuel González este jueves.
El canciller compareció ante los diputados este jueves para que explicara el desaire ocurrido la semana anterior. González aclaró que el gobierno no coordinó levantarse en el discurso con Venezuela, Cuba, Nicaragua y Ecuador, pues dos días antes ya el gobierno había planeado retirarse del discurso de Temer.
«Se tomó la decisión con toda la delegación en una reunión el domingo antes de la Asamblea General. Estuvo el presidente, el embajador Mendoza (de la ONU) y este servidor y acordamos retirarnos cuando estábamos revisando la agenda de discursos», dijo González ante el plenario.
El ministro hizo la declaración de que fue planeado, a pesar de que la semana anterior el gobierno negó tanto una coordinación con los países del ALBA como una decisión premeditada, pues en ese momento dijeron que el presidente Luis Guillermo Solís decidió levantarse.
De hecho, el canciller se contradijo durante su interpelación, hecho señalado por el diputado del PLN, Rolando González, pues inicialmente, el ministro expresó que el gesto diplomático se acordó el domingo anterior al discurso de Temer, pero minutos después dijo que Solís tomó la decisión de levantarse en ese momento.
Ante esto, el canciller fue ampliamente criticado por la fracción legislativa del Partido Liberación Nacional (PLN) y por la Unidad Social Cristiana (PUSC), momento que generó un zafarrancho con los diputados oficialistas de Acción Ciudadana.
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Otros diputados señalaron otras contradicciones por parte de González en la comparecencia. Gerardo Vargas Rojas y Luis Vásquez, del PUSC, cuestionaron la sinceridad del canciller.
«El gobierno debe ponerse de acuerdo y darse cuenta que en su ánimo de justificar lo injustificable se exponen ante los costarricenses y ante el mundo. Ahora resulta que también el Canciller se desdice de lo que decía el comunicado de Cancillería de hace una semana», criticó Vargas Rojas.
“Los costarricenses queremos saber si este fue un acto premeditado, coordinado, conversado y planeado, y en donde se midieron, analizaron y discutieron las consecuencias internas y externas, además de consultar quien tomó la decisión”, aseveró Luis Vásquez.
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Por otro lado, ante las consultas de los legisladores sobre si se midieron las consecuencias del gesto diplomático en el pleno de la ONU, haciendo alusión al llamado del embajador tico en Brasilia y al mensaje político que representaba levantarse igual que los países del ALBA, el canciller expresó que no hay necesidad de coordinar ese acto con países como Nicaragua o Venezuela y, que el llamado del gobierno brasileño es normal.
«Costa Rica no tiene necesidad de coordinar con algunos países con los que no compartimos algunas acciones (…) Ni se dan cuenta la cantidad de embajadores que llamo para que dé cuentas. No hay ningún problema», dijo González.
Sobre este tema, el politólogo Gustavo Araya manifestó que el canciller supo mantenerse apegado a elementos de carácter técnico desde el punto de vista de las relaciones internacionales.
«El ministro demostró suficiente formación, conocimiento y profundidad de los elementos sustantivos en el tema de las relaciones internacionales y contexto en el que se realizan las acciones (…) me parece que se blindó muy bien, con mensajes clave, con una estrategia bien planteada y no ofrecer fisura con respecto al gobierno» manifestó Araya.
Las fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC) defendió al ministro ante los cuestionamientos de las demás bancadas.
