Redacción- El fósil más famoso, Lucy, una Australopitechus afarensis que vivió hace 3.18 millones de años, fue encontrado por paleontólogos en 1974 en Etiopía y constituye uno de los descubrimientos más importantes para entender la evolución humana. Sin embargo, hasta hoy las causas de su muerte eran un misterio.

Pero científicos que llevan cuatro décadas estudiando el esqueleto de Lucy han llegado a la hipótesis de que «probablemente» murió al caer de un árbol, conclusión que sacaron al analizar las fracturas de los huesos, según pública la revista Nature.

Lucy está dentro de los más completos y antiguos esqueletos de homínidos antecesores de los humanos. En el estudio los investigadores proponen que las causas de muerte fueron «un evento de desaceleración o impacto de una caída desde una altura considerable que produjo múltiples fracturas del esqueleto».

Los análisis de las fracturas halladas en la zona superior de los brazos sugieren que Lucy los estiró en un intento por evitar el golpe. Nature
Los análisis de las fracturas halladas en la zona superior de los brazos sugieren que Lucy los estiró en un intento por evitar el golpe. Nature

«Nuestra hipótesis es que Lucy extendió el brazo para tratar de amortiguar la caída», declaró a la AFP John Kappelman, antropólogo de la Universidad de Texas, Austin, donde estuvo durante 10 días el fósil en 2007. Allí los científicos hicieron tomografías computarizadas para estudiar de cerca las partes del esqueleto.

Estudiando el fósil y los escáners 3D, Kappelman observó que el húmero izquierdo (uno de los huesos del brazo) estaba roto de una forma inusual. «Ese tipo de fractura se produce cuando la mano toca el suelo en el momento de una caída» y esta afecta a los elementos del hombro, creando «una firma única» al nivel del húmero, señala el estudio.

«No es algo que hubiera pasado si se hubiera tropezado y caído», explicó Kappelman para dar a entender el por qué se cree que cayó de una altura como la de un árbol.

Lucy, que era al mismo tiempo bípeda y arborícola y medía alrededor de 3’ 6” (1 metro 10), habría caído de una altura de más de 12 metros, a una velocidad de más de 34.7 millas por hora (56 km/h), según consideró Kappelman.

El investigador hizo confirmar este análisis por un cirujano ortopédico de Austin, el doctor Stephen Pearce. Otras fracturas, en el hombro izquierdo, el tobillo derecho, la rodilla izquierda, la pelvis y una costilla, sostienen la tesis de la caída fatal.#AMPrensa