Redacción- A inicios de este mes, unos 300 jóvenes fueron sorprendidos en una fiesta intercolegial en la que aparentemente consumían licor y drogas, en  San Gerardo de Ciudad Quesada.

En este caso, la policía intervino debido a la queja de los mismos vecinos, pero como ésta,  son muchas las actividades que se realizan, principalmente a partir de la segunda mitad del curso lectivo, tras las vacaciones de julio.

La presidenta de la Comisión Costarricense de Cooperación con la UNESCO, Rocío Solís,  censuró a aquellos  padres y madres, quienes  a veces no saben en dónde están sus hijos y en otras ocasiones, sí tienen conocimiento pero lo permiten.

Por eso les recuerda, que sobre ellos puede caer todo el peso de la ley. De acuerdo con el artículo 382  del Código Penal, que se refiere a la protección a los menores  “Se impondrá de diez a sesenta días multa a las siguientes personas: … 2) Quien tuviere bajo su cuidado a un menor y lo expusiere a cualquier peligro predecible o evitable”.

Según el artículo 29 del Código de Niñez y Adolescencia “…  El padre, la madre o la persona encargada están obligados a velar por el desarrollo físico, intelectual, moral, espiritual y social de sus hijos menores de dieciocho años”.

Aunque estas megafiestas se hacen fuera de tiempo lectivo y en sitios ajenos a la institución educativa, los docentes deben interesarse en el problema, conversar con los jóvenes y alertar a padres y autoridades policiales cuando tengan conocimiento de una de estas fiestas intercolegiales.

En secundaria,  la cantidad de estudiantes que consumieron drogas creció durante el periodo 2008-2015, alcanzando el mayor número en el curso lectivo del año pasado:  17.034 estudiantes, según el Departamento de Análisis Estadístico de la Dirección de Planificación Institucional del MEP.

Los datos disponibles sobre licor, muestran que entre 2013 y 2015 el consumo de licor se ha incrementado en aproximadamente 300 estudiantes por año.#AMPrensa