Luis Guillermo Solís y el Canciller Manuel González.

San José – Ante la carta democrática que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, convocó para intervenir en la situación política en Venezuela, Costa Rica caldea su posición.

Diputados, politólogos y ciudadanos piden a la Cancillería pronunciarse lo más pronto posible sobre la convocatoria, pues afirman que el país lleva la bandera de ejemplo de democracia en la región.

Con esa posición coincide el politólogo Claudio Alpízar, quien afirmó que el país debe pronunciarse pronto; no obstante, el Canciller Manuel González señaló este martes que aún no lo harán pues deben analizar las 132 páginas del informe de la Carta Democrática.

«Ojalá que en nuestra Cancillería «estudien» pronto las 132 páginas del informe del Secretario de la OEA, Luis Almagro, quien pide acertadamente la aplicación de la Carta Democrática Internacional a Venezuela (…) Costa Rica debe ser faro y defensor a ultranza de la Democracia y los Derechos Humanos en América y el mundo, temas en los que no podemos ser «paños tibios», expresó Alpízar.

El experto en política  señaló que esa misma carta fue aplicada para la crisis que vivió Venezuela cuando Hugo Chaves asumió el mandato por primera vez.

«Me imagino que lo que es bueno para el ganso también lo es para la gansa», dijo el politólogo.

Por el contrario, el politólogo Gustavo Araya, sí está de acuerdo con que la Cancillería emita un criterio luego de que analice factores importantes del informe.

«Hay varias consideraciones previas que el gobierno parece estar analizando antes de tener la pronunciación. La primera de ellas es que la carta es una decisión que se tiene que llevar a  otras instancias. Si se adelanta criterio puede poner a Costa Rica en otro papel», dijo Araya.

El analista afirmó que el país ha sido cauto en temas relacionados con otros países.

«Entre las consideraciones están cuánto suma o cuánto resta efectivamente en el concierto de las naciones el pronunciamiento de Costa Rica. No me atrevería a entender que esto  es para evitar la discusión sino precisamente para hacerla con elementos necesarios», concluyó Araya.

La posición del Canciller ha generado críticas desde todos los ámbitos políticos, pues señalan que el país debe ser claro ante un tema donde se estarían violando los principios democráticos.