Redacción- El nombre de Cartago es un topotopónimo, es decir ,evoca el de una región de igual nombre: en este caso la ciudad y región de Cartago, ubicada frente al mediterráneo en el norte de África.

A la vez Cartago también es un epotopónimo pues evoca un famoso hecho histórico: uno de los grandes militares cartagineses, Aníbal, enfrentó a las fuerzas romanas protagonizando una insólita invasión al cruzar los Alpes con un ejército montado en elefantes.  Desde entonces y hasta hoy, el nombre de Cartago ha sido sinónimo de coraje y de carácter indómito.

En los primeros tiempos de la conquista de Centroamérica una amplia extensión que alcanzaba desde las estribaciones del sur de Honduras hasta Bocas del Toro recibió, por algunos años el nombre de Cartago o Nueva Cartago que incluía lo que también se conocía como Veragua y Costarrica.  Así también veremos que algunos documentos hablan de Nueva Cartago y Costarrica o Cartago y Veragua.

Con el tiempo estos nombres fueron asociándose con ámbitos geográficos más reducidos y concretos.

Será por dichas razones que Juan Vázquez de Coronado funda la ciudad de Cartago en 1563, con la idea de crear “una república de libres”. Así lo dice él mismo: Nombré a la ciudad Cartago, por llamarse esta provincia deste nombre”(sic)”.

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El nombre inmediatamente se generalizó para todo el territorio. De hecho los nicoyanos desde antiguo han llamado, y siguen llamando, “cartagos” a los pobladores meseteños no importando si son alajuelenses, heredianos, cartagineses o josefinos. Y hay justa razón histórica. Como provincia del Imperio español, por mucho tiempo nuestro país fue oficialmente llamado “provincia de Cartago” o “provincia de Cartago y Costarrica”. Ya para el siglo XVIII el nombre de Costarrica prevalece.

De tal manera todos los que somos de origen meseteño llevamos el gentilicio de “cartagos”, pero los actuales  hijos de la contemporánea provincia de Cartago son además de “cartagos”, también “cartagineses”.

Al establecerse la Independencia en 1821, la ciudad de Cartago fue residencia de los poderes políticos, poco después su simpatía por las sujeciones monárquicas le hico perder la condición de capital, en la Guerra de Ochomogo.#AMPrensa