Redacción- La provincia de Heredia, como todas las de nuestro país, excepto  Guanacaste, deriva su apelativo de su ciudad cabecera. Es decir, la ciudad de Heredia  bautizó a la provincia que encabeza.

Si Guanacaste debe su nombre a una planta (fitotopónimo), Heredia lo toma de una persona (antropotopónimo).

En el año 1706 se funda, con migrantes de Cartago, la población de Cubujuquí en el lugar hoy conocido como La Valencia. Poco después se trasladó al sitio actual. Por años la población conservó su nombre aborigen: Cubujuquí. Con más exactitud “Villa de la Inmaculada Concepción de Cubujuquí”, popularmente “Villa Vieja” o “Villa Vieja de Cubujuquí”.

Pero las autoridades españolas eran celosas de la clasificación de las poblaciones. El título de “villa” implicaba tener ciertos derechos para los cuales había que calificar: número de habitantes, importancia económica, infraestructura, etc. Una villa podía tener un gobierno propio y normas que favorecían el desarrollo en varios aspectos.

Para ponerse a derecho, se solicitó al Gobernador de la Capitanía General de Guatemala don Alonso Fernández de Heredia, otorgara el deseado título de Villa a Cubujuquí, resultando que en 1763 pasó a denominarse Villa de la Inmaculada Concepción de Cubujuquí de Heredia. Así se rendía homenaje de gratitud al señor Gobernador, quien, por cierto, jamás conoció el lugar donde se  honra su apellido.

Datos curiosos: 

En 1762, un año antes que Cubujuquí y por la misma razón,  la actual capital de Honduras también recibió el título de “Villa de San Miguel de Tegucigalpa de Heredia”, pero mientras en nuestro caso se fue relegando el bello nombre de Cubujuquí, sustituído por el de Heredia, los hondureños decidieron defender el nombre indígena de “Tegucigalpa”. De lo contrario hoy la capital catracha podría llamarse Ciudad de Heredia.

Para honrar el título de villa, Cubujuquí debía nombrar autoridades propias, ello implicaba aportar dinero para acceder al cargo (al revés de hoy en que se accede al cargo para tener dinero), por eso pasaron años sin que nadie quisiera ser alguacil, alcalde o edil, por esta razón en 1779, la ciudad perdió el título. No fue sino hasta que don Florencio del Castillo fue diputado a la Cortes de Cádiz, que, en 1813 se le restituye el nombre de villa a la población.

Heredia al igual que Cartago pretendió que nuestro país fuera parte del Imperio Mexicano de Iturbide. Por ello entre diciembre de 1821 y abril de 1823 se separó de Costarrica y se vinculó a la autoridad de León, Nicaragua. Luego regresó voluntariamente.

En la constitución de 1825, Heredia fue denominada departamento y en 1848 se le nombró provincia.

La extensión total de Heredia es de 2.657 kilómetros,  dividida en 10 cantones, uno de ellos, Sarapiquí,   mide 2.140 kilómetros, es decir el 80% de toda la provincia. #AMPrensa